jueves, 16 de agosto de 2012

La sensualidad del soul

Let’s stay together
Al Green
Soul, 1972
Albert Greene siempre quiso dedicarse a la música. Así lo decidió cuando escuchaba desde muy joven als grabaciones de algunos de sus ídolos musicales, como Sam Cooke, James Brown o Jackie Wilson. Como ellos, quería cultivar el creciente repertorio de sonidos y ritmos que la música negra estaba poniendo a disposición de todos los amantes de la música y, sobre todo, del mundo del pop. Y es que los sonidos excesivamente encorsetados del soul de los primeros años, muy centrado en la fácil escucha y el éxito dácil, se estaban viendo beneficiados a lo largo de los sesenta de la introducción de elementos del blues, el rhythm’n blues, el gospel y el funk, así como de otros géneros menos cercanos, como el rock’n roll y el country.

Gracias a estas nuevas reglas del juego, Al Green, como sería conocido en su carrera musical, fue desarrollando una de las voces más personales y peculiares de la historia del soul. Además de su más que reconocible falsete, el cantante de Arkansas podía cantar en susurrantes tonos graves, darle ‘groove’ a las canciones más funk o sacar la potencia de un ‘crooner’, un estilo polifacético que le otorgaba un gran margen de actuación a la hora de interpretar su repertorio, compuesto por algunas versiones más que transformadas y temas propios escritos de su puño y letra, al estar al margen de las grandes compañías discográficas, que contaban con músicos y compositores profesionales.

“Let’s stay together” fue el primer éxito contundente de Green, a pesar de llegar cinco años después de su primera grabación. Así, para aquel 1972 (el single se lanzó en diciembre de 1971), Al ya había pasado por un grupo familiar (Green Brothers) y otro de compañeros de estudios (Creations), además de grabar un disco bajo el nombre de Al Greene & the Soul Mates, “Back up train”. Ya con su nombre artístico, su popularidad había ido creciendo moderadamente gracias a “Green is blues” y “Al Green gets next to you”, que incluía su primera composición de éxito, “Tired of being alone”.

Sin embargo, “Let’s stay together” superó en popularidad a sus grabaciones anteriores gracias, sobre todo, a su single homónimo, una balada soul que destacaba una de las principales características de la voz de Green, la sensualidad, ya sea a través de su cadenciosa forma de abordar cada verso, de los falsetes o de sus gemidos, ruidos y frases entre la letra ‘oficial’ de la canción. El cantante intenta explotar esta peculiaridad en casi todos los cortes de este disco, pero sobre todo en las baladas, como “Judy”, “Old time lovin’” o “How can you mend a broken heart?”, versión de unos Bee Gees que, por aquel entonces, aún buscaban el estilo que les diera el éxito.

Sin embargo, y aunque Green no destaca por ser un compositor aficionado a ofrecer temas para la pista de baile, sí que hay algunas canciones algo más animadas, basadas en la obra de esos grandes referentes de Green, sobre todo Sam Cooke. Así, se pueden encontrar canciones como “What is this feeling?” o “I’ve never found a girl”, más ancladas en el soul primerizo. Y saliéndose de los cánones más arcaicos del estilo, Green también ofrece esos nuevos aires contagiados por el rhythm’n blues y el funk en canciones como “La-la for you”, “So you’re leaving” y “Ain’t no fun to me”.

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