lunes, 6 de agosto de 2012

La clase media del rock'n roll

Anymore for anymore
Ronnie Lane & Slim Chance
Folk-rock, 1974
En el mundo de la música, además de las superestrellas, de los líderes que brillan, hay un grupo de trabajadores que se sacrifican al servicio del buen sonido de la banda. Esta clase media del rock’n roll es esa que se encarga de tocar los instrumentos que hacen falta, de cantar y hacer voces allí donde se les requiere, de hacer que cada canción diga exactamente lo que se supone que debe decir. Ronnie Lane pertenece a esta clase media de la música popular, e incluso tiene pinta de que sea así. A pesar de haber militado en dos grupos con cierto predicamento a finales de los 60 y principios de los 70, The Small Faces y The Faces, el carisma de Steve Marriott y de Rod Stewart siempre dejaban a este sonriente y menudo tipo en un discreto segundo plano con su bajo.

Cuando finalmente se puso a los mandos de su propia nave, la primera de sus grabaciones fue un álbum en el que se deja ver este carácter de gregario musical, con composiciones corales en las que nadie se llevaba un protagonismo excesivo, a excepción quizás del cantante principal, regalando un disco en el que guitarras acústicas, mandolinas, acordeones, banjos y violines van redondeando cada uno de sus cortes, canciones sinceras y sin artificios.

Este “Anymore for anymore”, debut oficial de la banda de cambiante formación Slim Chance, viene precedido por el éxito de “How come”, una de las mejores composiciones de Lane en su andadura en solitario. Para ello, el músico británico repitió la misma fórmula, canciones sencillas pero bien arregladas, cantables pero no de fácil consumo.

El disco se abre con “Careless love”, una canción de influencia ‘bluesera’ y sonoridad country y folk con querencia al festivo honky tonk gracias al acompañamiento de piano. Se trata de una buena muestra de lo que el oyente va a encontrar a lo largo de los doce cortes del álbum, una celebración de los estilos tradicionales con una marcada intuición para el pop-rock con el fin de redondear el resultado final de las canciones. Así, a lo largo de su escucha, se pueden encontrar temas como “(Bye & bye) Gonna see the king” o “Silk stockings”, en los que los aires folk y country son muy marcados, aunque con melodías más festivas y cercanas al vodevil. Y es que, después de tantos años dedicado al pop psicodelico y al rock’n roll, Ronnie Lane se muestra cómodo a la hora de abordar fraseos vocales más cercanos a estos estilos más novedosas, a pesar de una envoltura cuidadamente clásica. Esta mezcla da como resultado piezas como “Don’t cry for me”, “Roll on babe”, “Amelia Earhart’s last flight” o “Tell everyone”. Un cariz más rockero, aunque siempre dentro de la intensidad media que presenta el disco, tiene “Anymore for anymore”, medio tiempo emparentado con algunas de las canciones de los Rolling Stones del “Exile on Main Street”.

Por su diversidad estilística, destacan también baladas como “Only a bird in a guilded cage”, breve, ‘pianera’ y casi más cercana a un ‘crooner’ que a un cantante pop-rock, o “The poacher”, una de las piezas centrales del álbum junto al tema que da nombre al disco, canción diferente en cuanto a sonoridades, tiempos y ambientes y que introduce un ligero ingrediente ‘hippie’ a este “Anymore for anymore”. Para cerrar el álbum, la canción más animada, un rock’n roll con claras reminiscencias country en su tratamiento sonoro, “Chicken wired”.

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