Anymore for
anymore
Ronnie Lane & Slim Chance
Folk-rock,
1974
En el mundo de la música, además de las superestrellas, de
los líderes que brillan, hay un grupo de trabajadores que se sacrifican al
servicio del buen sonido de la banda. Esta clase media del rock’n roll es esa
que se encarga de tocar los instrumentos que hacen falta, de cantar y hacer
voces allí donde se les requiere, de hacer que cada canción diga exactamente lo
que se supone que debe decir. Ronnie Lane pertenece a esta clase media de la música
popular, e incluso tiene pinta de que sea así. A pesar de haber militado en dos
grupos con cierto predicamento a finales de los 60 y principios de los 70, The
Small Faces y The Faces, el carisma de Steve Marriott y de Rod Stewart siempre
dejaban a este sonriente y menudo tipo en un discreto segundo plano con su
bajo.
Cuando finalmente se puso a los mandos de su propia nave, la
primera de sus grabaciones fue un álbum en el que se deja ver este carácter de
gregario musical, con composiciones corales en las que nadie se llevaba un
protagonismo excesivo, a excepción quizás del cantante principal, regalando un
disco en el que guitarras acústicas, mandolinas, acordeones, banjos y violines
van redondeando cada uno de sus cortes, canciones sinceras y sin artificios.
Este “Anymore for anymore”, debut oficial de la banda de
cambiante formación Slim Chance, viene precedido por el éxito de “How come”,
una de las mejores composiciones de Lane en su andadura en solitario. Para ello,
el músico británico repitió la misma fórmula, canciones sencillas pero bien
arregladas, cantables pero no de fácil consumo.
El disco se abre con “Careless love”, una canción de
influencia ‘bluesera’ y sonoridad country y folk con querencia al festivo honky
tonk gracias al acompañamiento de piano. Se trata de una buena muestra de lo
que el oyente va a encontrar a lo largo de los doce cortes del álbum, una
celebración de los estilos tradicionales con una marcada intuición para el
pop-rock con el fin de redondear el resultado final de las canciones. Así, a lo
largo de su escucha, se pueden encontrar temas como “(Bye & bye) Gonna see
the king” o “Silk stockings”, en los que los aires folk y country son muy
marcados, aunque con melodías más festivas y cercanas al vodevil. Y es que,
después de tantos años dedicado al pop psicodelico y al rock’n roll, Ronnie
Lane se muestra cómodo a la hora de abordar fraseos vocales más cercanos a
estos estilos más novedosas, a pesar de una envoltura cuidadamente clásica.
Esta mezcla da como resultado piezas como “Don’t cry for me”, “Roll on babe”,
“Amelia Earhart’s last flight” o “Tell everyone”. Un cariz más rockero, aunque
siempre dentro de la intensidad media que presenta el disco, tiene “Anymore for
anymore”, medio tiempo emparentado con algunas de las canciones de los Rolling Stones del “Exile on Main Street”.
Por su diversidad estilística, destacan también baladas como
“Only a bird in a guilded cage”, breve, ‘pianera’ y casi más cercana a un
‘crooner’ que a un cantante pop-rock, o “The poacher”, una de las piezas
centrales del álbum junto al tema que da nombre al disco, canción diferente en
cuanto a sonoridades, tiempos y ambientes y que introduce un ligero ingrediente
‘hippie’ a este “Anymore for anymore”. Para cerrar el álbum, la canción más
animada, un rock’n roll con claras reminiscencias country en su tratamiento
sonoro, “Chicken wired”.
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