martes, 9 de junio de 2015

Trabajo de 'campo'

Safe at home
The International Submarine Band
Country-rock, 1968
Por mucho que en ocasiones se considere genios a algunos grandes creadores, sea en la disciplina artística que sea, normalmente suele haber una gran cantidad de horas de trabajo de las que el público no es consciente, previas a ese status de estrella, al momento en que la inspiración finalmente hace aparición en la forma adecuada. De este modo, antes de que los grandes músicos forjen su leyenda y se encaramen al olimpo creado por la industria, los medios de comunicación y los seguidores, suelen tener alguna experiencia iniciática, un grupo en el que ir puliendo tanto sus cualidades técnicas como sus capacidades creativas, incluso en el que empezar a empaparse de los sonidos que finalmente les ortorgarán la inmortalidad.

En esta línea, antes de que le fuera reconocida la invención del country-rock en el “Sweetheart of the rodeo” de The Byrds y de que intentara unir todos los estilos norteamericanos en una nueva música cósmica con The Flying Burrito Brothers, Gram Parsons fue un estudiante de Teología en la Universidad de Harvard, más preocupado en las experiencias lisérgicas y en sacarle unos dólares a la guitarra que en aprobar sus exámenes. Después de sondear la escena local con un proyecto de corte folk, uno de los estilos más de moda en aquel momento, y de juntarse con músicos de todo pelaje, decidió hacer caso a un compañero de estudios, John Nuese, y centrarse en hacer el country más accesible a los nuevos gustos de la juventud. Así surgió The International Submarine Band, formación que vivió separaciones y mudanzas de costa a costa de los Estados Unidos hasta que consiguió un puñado de canciones y, por fin, un debut discográfico, lo que no significó estabilidad para la banda, que tuvo que ver cómo su inquieto líder abandonaba sus filas para dirigirse a destinos más brillantes y, precisamente por la imposibilidad de su sustitución, el lanzamiento de su disco se posponía alarmantemente.

“Safe at home” es un ejercicio de acercamiento de Parsons a este estilo, un trabajo ligero, podría que decirse que meramente técnico, lejos de las profundidades emocionales de las que será capaz más adelante. Con estas nueve canciones, el horizonte del country-rock se despliega, tanteando cuáles son las herramientas del estilo tradicional que son aplicables a las nuevas canciones y, sobre todo, qué elementos reconocibles, como el omnipresente pedal steel, pueden incluirse para dar unidad estética al recién nacido género.

Parsons y sus compañeros optan por las canciones de ritmo más bien animado para este primer experimento, ya que son las que más se prestan al uso del pedal steel, a la inclusión de armonías vocales y, por qué no decirlo, a un cierto tratamiento pop. Así, el disco cuenta con ejemplos de este hermanamiento entre lo nuevo y lo viejo, como “Blue eyes”, “I must be somebody else you've known”, “I still miss someone” o “Strong boy”, además de experimentos algo más aventurados como el medley de “Folsom prison blues” y “That's alright”, que mezcla ritmos, melodías, usos y costumbres de todos los estilos al alcance de los músicos, desde el pop del momento al rock'n roll clásico pasando por el rhythm'n blues y, evidementemente, el country.

Además, el álbum contiene otros ejercicios más ortodoxos, como la balada “Do you know how it feels to be lonesome?”, el country waltz “A satisfied man”, el ritmo de carretera de “Luxury liner” o los aires puramente campestres de “Miller's cave”.

jueves, 9 de abril de 2015

El hombre detrás de la canción

With a little help from my friends
Steve Cropper
Soul, 1971
Una de las grandes incógnitas que uno se plantea al enfrentarse a una gran canción es precisamente dónde reside su grandeza. La autoría de la letra y de la estructura armónica suele estar más o menos clara, y casi siempre especificada entre paréntesis junto al nombre del tema, pero no se expone de forma tan clara qué es lo que hace que una determinada composición emocione. Y es que, al contrario de lo que ocurre en otras disciplinas artísticas más personales, en la música intervienen muchos factores entre el que escribe y el que escucha y de los que depende el resultado final, desde productores más o menos meticulosos a músicos en diferente estado de inspiración.

Aunque también aparece en los créditos de composición de algunas canciones, algunas de ellas clásicos inmortales como “In the midnight hour”, “Knock on wood” o “(Sittin' on) The dock of the bay”, Steve Cropper pertenece a esa parte intangible que tiene la creación musical, a esos héroes silenciosos que, sin aparecer con letras grandes en los carteles y las portadas, son capaces de revolucionar la música de su tiempo y de las décadas posteriores. En concreto, el trabajo de este guitarrista en los estudios Stax de Memphis, sin quitar mérito al resto de la banda de sesión (Donald “Duck” Dunn, Al Jackson Jr. y Booker T. Jones, integrantes todos ellos, y tras muchas horas de tocar juntos en los tiempos muertos del estudio, de Booker T & the MG's), definió qué era el soul sureño y cómo debía hacerse. De este modo, a finales de los 60, Cropper era, ya fuera por sus composiciones, por su propio grupo o simplemente por su trabajo como asalariado de Stax, uno de los artistas más exitosos, aunque no por ellos más conocidos, de la época. Y ahí le picó el gusanillo de la vanidad.

“With a little help from my friends” es una colección de versiones instrumentales de algunas de las canciones en las que el guitarrista había participado, además de alguna concesión a los éxitos de otras compañías y algunos temas de nueva creación. En este repertorio, Cropper utiliza un sonido y una instrumentación similares a las de las ediciones comerciales de esos viejos éxitos, aunque se permite algunos juegos y experimentos, tanto armónicos como sonoros, gracias a una mayor presencia de la guitarra, totalmente protagonista en todas las canciones, y a la elección de nuevos compañeros de viajes, entre ellos el batería Buddy Miles.

El disco se abre con “Crop Dustin'”, canción soul de ritmo animado, con algunas frases sencillas como motivo principal y cierto espacio para la indagación instrumental de los distintos músicos. En esta misma línea se encuentra otro de los originales del disco, “Rattlesnake”, además de las versiones de “The land of 1000 dances”, “Ninety-nine and a half”, “Funky Broadway”, “In the midnight hour”, “Oh pretty woman” y “Boo-ga-loo down Broadway”.

Pero Cropper no solamente enseña lo que ya se sabía que podía hacer, sino que también ahonda en algunas de sus influencia guitarrísticas (artistas como Chet Atkins, Tal Farlow, The "5" Royales, Chuck Berry o Jimmy Reed) con temas como “The way I feel tonight”, de inspiración y sonoridad blues, o “I'd rather drink muddy water”, que muestra su gusto por el jazz y el swing. Y como buen disco de un 'guitar hero', el álbum también contiene una canción de total lucimiento estelar del protagonista central, con momentos en los que tanto sus dedos como su sonido, siempre comedidos ambos, se desbocan. Ese tema es el que da título al LP, “With a little help from my friends”, que toma como base la exitosa versión de Joe Cocker del original de The Beatles.