jueves, 21 de febrero de 2013

El desgarro rabioso del soul

Joe Cocker! 
Joe Cocker
Soul, blues-rock, 1969
El soul es un estilo cargado de emotividad y, en ocasiones, de gran melancolía, aunque también destaca, sobre todo en las producciones más comerciales de los principales sellos, por un cierto remilgo en su estética, una suerte de sonido edulcorado y bienintencionado que puede llegar a alejar al oyente de la emoción que se pretende expresar. Sin embargo, el desgarro y la rabia debían hacer su aparición en la forma de abordar canciones que hablan de amargas rupturas y de sentimientos más fácilmente descriptibles con un quejido o un gruñido que con cientos de melodiosas palabras.

Joe Cocker, un advenedizo en lo que a música negra se refiere debido al color de su piel y su nacimiento en Inglaterra, entendió rápidamente que su potente y quejosa voz tenía un claro destino en el gospel y el soul. La clara influencia de Ray Charles y otros grandes artistas relevantes en estos sonido se vieron pronto mezclados con el blues, popularizado en aquellas tierras y en aquellos días por al Invasión Británica de músicos entusiasmados por lo que se había hecho a las orillas del Mississippi algunas décadas antes, y las nuevas sonoridades rock que iban surgiendo gracias a la experimentación y la ruptura de ciertas fronteras más comerciales que artísticas.

“Joe Cocker!” es el segundo disco del exuberante cantante británico, un álbum que sigue la línea marcada por “With a little help from my friends”, lanzado ese mismo año, un debut en el que, aunque con cierta variedad de ritmos, se abusa de la arrolladora y emocionante voz de Cocker en las baladas de corte soul. Esta segunda entrega, cuyas mejores canciones conformarán, junto con las del primer LP, “Cocker Happy”, una recopilación con la que el cantante se presentará posteriormente en otros mercados tras su éxito en Gran Bretaña y Estados Unidos, ahonda en las influencias blues y los tratamientos funky y gospel de canciones escritas por algunos de los grandes artistas de la época, como The beatles, John B. Sebastian, Bob Dylan o Leonard Cohen.

El disco se abre con una pieza escrupulosamente rhythm’n blues, con su cierta dosis de rock, “Dear landord”, si bien el resto de pistas presentan algo más de mezcla de estilos, una fusión en la que la voz de Cocker, su grupo de coristas y su variada banda de acompañamiento de ofrecer lo mejor y lo más novedoso de sí mismos. Ese es el caso de “Lawdy Miss Clawdy” o “That’s your bussines”, en las que el funk y el blues se dan la mano, o “Hitchcock railway”, que tiene sus dosis de rock, pop y gospel.

La marca del soul no deja de estar presente en casi todo el disco, y lo hace en su vertiente más enérgica en “She came in through the bathroom window”, de forma más calmada y gospel en “Darling be home soon” y con un toque bailable y divertido en “Delta lady”. También beben de este estilo, con algunas concesiones al folk, las baladas contenidas en el disco, “Bird on the wire”, “Something” y “Hello, little friend”.