No reason
to cry
Eric
Clapton
Rock, 1976
A pesar de ser un destacado guitarrista siempre relacionado
con el blues y el rock, una de las pasiones menos evidentes de Eric Clapton ha
tenido que ver con estilos más alejados de esta primigenia influencia, como la
delicadeza y la emoción del pop-rock de George Harrison o el versátil y
sorprendente folk-rock de The Band. De este modo, y con una cierta libertad
creativa a lo largo de décadas, las grabaciones de su larga trayectoria en
solitario siempre han contado con algunas pizcas de los distintos sonidos que más
le atraen, que incluyen también incursiones en el reggae o el “Tulsa Sound” de
J. J. Cale. Sin embargo, una de las espinitas clavadas que siempre tuvo el músico
británico es no haber podido enrolarse, a pesar de haberlo intentado, en el quinteto
canadiense, de cuyo primer disco “Music from Big Pink”, quedó totalmente prendado.
Sin embargo, en 1976, en los últimos compases de The Band en
la carretera, Clapton pudo satisfacer en mayor o menor medida este anhelo al
contar con la colaboración de los cinco integrantes de su admirada banda en el
disco “No reason to cry”, un álbum distinto en la carrera de ‘mano lenta’. Y es
que, a pesar de tratarse de una de las figuras más importantes de las seis
cuerdas, la guitarra, aunque omnipresente en estas canciones, pierde el
protagonismo habitual en sus grabaciones, con un tratamiento más coral de los
temas, mientras que el imprescindible blues pierde cierto peso a favor de
sonoridades más cercanas al country y al folk.
Aunque los cinco integrantes de The Band aparecen en los créditos,
Richard Manuel y Rick Danko se implicaron al máximo, participando en prácticamente
todas las canciones del álbum y regalando a Clapton “Beatiful thing”, un medio
tiempo de influencia folk que se convierte en uno de los mejores momentos del
disco, muy cercano a aquello que siempre maravilló tanto al guitarrista británico
del quinteto canadiense. Además, Danko canta a dúo con Clapton “All our past times”, una balada de sonido folk y sensibilidad pop-rock. Por su parte, Robbie
Robertson y su reconocible guitarra, Garth Hudson y Levon Helm también tienen
su importante aportación en este “No reason to cry”, así como Bob Dylan, uno de
los primeros ‘jefes’ de The Band antes de iniciar su propia andadura, que
compone y canta el tema “Sign language”.
Pero la influencia de los sonidos y las sensaciones del
quinteto canadiense no se limitan únicamente a las canciones en las que cuentan
con mayor protagonismo, sino que Clapton lleva a cabo una metamorfosis completa
para completar un álbum que evoca más el campo que los grandes escenarios o los
clubes de blues en las oscuras calles de Chicago. De este modo, “No reason to
cry” contiene piezas como “Innocent times”, una intensa balada de influencia
blues y, sobre todo country; “Black summer rain”, de clara influencia ‘harrisoniana’;
“Hello old friend”, de concepción pop pero sonido folk, o “Hungry”, el tema más
rockero pero que no deja de tener cierto regusto campestre. Incluso los blues
que se interpretan, como “Carnival”, “County jail blues”, “Double trouble” o “Last
night” (descarte que no se incluye en la edición original pero sí en el relanzamiento
en CD), son abordados con otro espíritu, más cercano al country-blues y al
estilo New Orleans.
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