lunes, 3 de septiembre de 2012

Un sueño cumplido

No reason to cry
Eric Clapton
Rock, 1976
A pesar de ser un destacado guitarrista siempre relacionado con el blues y el rock, una de las pasiones menos evidentes de Eric Clapton ha tenido que ver con estilos más alejados de esta primigenia influencia, como la delicadeza y la emoción del pop-rock de George Harrison o el versátil y sorprendente folk-rock de The Band. De este modo, y con una cierta libertad creativa a lo largo de décadas, las grabaciones de su larga trayectoria en solitario siempre han contado con algunas pizcas de los distintos sonidos que más le atraen, que incluyen también incursiones en el reggae o el “Tulsa Sound” de J. J. Cale. Sin embargo, una de las espinitas clavadas que siempre tuvo el músico británico es no haber podido enrolarse, a pesar de haberlo intentado, en el quinteto canadiense, de cuyo primer disco “Music from Big Pink”, quedó totalmente prendado.

Sin embargo, en 1976, en los últimos compases de The Band en la carretera, Clapton pudo satisfacer en mayor o menor medida este anhelo al contar con la colaboración de los cinco integrantes de su admirada banda en el disco “No reason to cry”, un álbum distinto en la carrera de ‘mano lenta’. Y es que, a pesar de tratarse de una de las figuras más importantes de las seis cuerdas, la guitarra, aunque omnipresente en estas canciones, pierde el protagonismo habitual en sus grabaciones, con un tratamiento más coral de los temas, mientras que el imprescindible blues pierde cierto peso a favor de sonoridades más cercanas al country y al folk.

Aunque los cinco integrantes de The Band aparecen en los créditos, Richard Manuel y Rick Danko se implicaron al máximo, participando en prácticamente todas las canciones del álbum y regalando a Clapton “Beatiful thing”, un medio tiempo de influencia folk que se convierte en uno de los mejores momentos del disco, muy cercano a aquello que siempre maravilló tanto al guitarrista británico del quinteto canadiense. Además, Danko canta a dúo con Clapton “All our past times”, una balada de sonido folk y sensibilidad pop-rock. Por su parte, Robbie Robertson y su reconocible guitarra, Garth Hudson y Levon Helm también tienen su importante aportación en este “No reason to cry”, así como Bob Dylan, uno de los primeros ‘jefes’ de The Band antes de iniciar su propia andadura, que compone y canta el tema “Sign language”.

Pero la influencia de los sonidos y las sensaciones del quinteto canadiense no se limitan únicamente a las canciones en las que cuentan con mayor protagonismo, sino que Clapton lleva a cabo una metamorfosis completa para completar un álbum que evoca más el campo que los grandes escenarios o los clubes de blues en las oscuras calles de Chicago. De este modo, “No reason to cry” contiene piezas como “Innocent times”, una intensa balada de influencia blues y, sobre todo country; “Black summer rain”, de clara influencia ‘harrisoniana’; “Hello old friend”, de concepción pop pero sonido folk, o “Hungry”, el tema más rockero pero que no deja de tener cierto regusto campestre. Incluso los blues que se interpretan, como “Carnival”, “County jail blues”, “Double trouble” o “Last night” (descarte que no se incluye en la edición original pero sí en el relanzamiento en CD), son abordados con otro espíritu, más cercano al country-blues y al estilo New Orleans.  

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