martes, 1 de octubre de 2013

Con estilo propio

Naturally
J. J. Cale
Folk-rock, 1972
Tulsa es una ciudad como otra cualquiera en EEUU. Tamaño mediano, rascacielos en el centro, barrios residenciales… Aunque hay algo que sí diferencia a esta ciudad de otras muchas en la vasta geografía norteamericana. Su ubicación la sitúa en la encrucijada de innumerables corrientes culturales, históricas y, cómo no, musicales. De este modo, a raíz de crecer en medio de tantas influencias casi naturales, la riqueza de sus compositores e intérpretes ha hecho bautizar a ese estilo que se mueve entre el country, el blues y el rockabilly, con algunos tintes de rock’n roll, folk e, incluso en algunas ocasiones, soul y funk, como Tulsa Sound.

J. J. Cale es uno de los principales baluartes de esta etiqueta de denominación de origen que tan bien define aquello a lo que se refiere. Sin embargo, y a pesar de su dilatada carrera hasta su fallecimiento el pasado mes de julio, no se trata de uno de esos jóvenes talentos que consiguieron deslumbrar a crítica y público en sus primeras tentativas, sino que su oportunidad le llegó con una cierta edad; quizás de ahí nace la madurez de sus canciones. En la veintena, Cale se mudó a California e intentó buscarse la vida como músico mientras trabajaba de ingeniero de sonido en un estudio. Sin embargo, después de varios singles como Johnny Cale sin repercusión comercial ni de popularidad, decidió volver a casa y dejar lo de la música como un hobby.

Para que surgiera este “Naturally” tuvo que darse una casualidad. Eric Clapton, a quien había conocido en sus años en California, le pidió permiso para grabar una de sus canciones, “After midnight”, tema totalmente inédito y que, tras la decisión de Cale de apartarse de la escena profesional, descansaba escondido en las maquetas de alguno de los estudios en los que trabajó. La versión del guitarrista británico fue un éxito, por lo que varios amigos y colegas le animaron para que aprovechara el rebufo y sacara un disco con las mejores canciones escritas en aquellos años de ‘descanso’. A los 33 años, el songwriter de Tulsa era un primerizo en lo que al mercado se refería, aunque ya llevaba bastantes composiciones y conciertos a sus espaldas, y decidió cambiar su nombre del John Walden original al misterioso J. J., pseudónimo que venía utilizando desde que el propietario de un local no quiso anunciarle como John Cale para que no se confundiera con el multiinstrumentista de The Velvet Underground, por entonces en el rutilante estrellato.

Este disco de debut es una perfecta guía de lo que es el Tulsa Sound y de lo que será la dilatada, aunque no excesivamente prolífica, carrera de Cale. Canciones escritas y tocadas sin prisa, que muestran un conocimiento profundo de los estilos tradicionales, usando sus características y tópicos de forma innovadora pero con un respeto reverencial, y todo ello envuelto en una forma más que peculiar de cantar y de tocar la guitarra. “Crazy mama”, “After midnight” y “Call me the breeze” son posiblemente las dos canciones más representativas, en las que se denota claramente esa mezcla de rock, blues, folk y country.


El gusto por el folk y, sobre todo, el country está sobradamente demostrado en temas como “Clyde”, de clara influencia campestre, así como en la delicada balada “Magnolia” y en “Cryin’ eyes”, que cierra el disco. Por su parte, Cale reserva las melodías blues para baladas de tratamiento folk-rock como “Call the doctor” o “Don’t go to strangers”, mientras que la esencia negra de su forma de hacer canciones se escucha en temas más puramente blues como “Woman I love”, “Bringing it back” o la balada “River runs deep”.

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