The heart
of Saturday night
Tom Waits
Jazz, blues, folk, 1974
Tom Waits
Jazz, blues, folk, 1974
En el mundo de la música, uno se encuentra con muchos
personajes peculiares. Uno de ellos es Tom Waits, pianista, guitarrista,
cantante de voz profunda y uno de los cantautores más personales y
extravagantes. Nacido en la soleada California, los ambientes que recrean sus
canciones y, sobre todo, sus cavernosas palabras recuerdan a lugares menos
plácidos. Quizás aquellos años de infancia y adolescencia en una hogar con
padres separados y trabajando en una pizzería local para contribuir con la
economía familiar, así como las largas noches al piano en diversos clubes de
reputación diversa, no son el escenario más adecuado para desarrollar canciones
felices.
En lo musical, Waits no era muy aficionado a la escena
musical de los años 60 en los que se crió, salvo una cierta atracción por la
lírica de Bob Dylan, por lo que se refugió en viejos discos de jazz, blues de
raíces y personales voces de ‘crooners’, así como en la literatura de Jack
Kerouac y Charles Bukowski. Todo ello, sumado a su trabajo de pianista nocturno
y a una voz profunda que venía de serie, le ayudaron a crear un estilo musical
en el que se mezcla la narración, tanto cantada y recitada, de historias de
perdedores y marginados sobre una sutil base influida por el jazz, el blues y
el folk, todo ello antes de que, a partir de 1983, decidiera dar una vuelta de
tuerca a su música y a las entendederas de sus seguidores con experimentos
formales y estilísticos.
“The heart of Saturday night” es el segundo disco de Tom
Waits, en el que muestra claramente cuáles serán las grandes bazas que jugará
en sus primeros años de carrera, con delicadas baladas ciertamente nostálgicas,
reflexiones acerca de hechos de lo más mundano e historias sobre la vida
subterránea, la de aquellos cuyas andanzas no parecen interesar a nadie.
El álbum abunda sobre todo en baladas de tono jazz, en las
que el cantante puede desgranar con espacio y elegancia sus siempre afiladas letras,
algunas de temáticas más emocionales e, incluso, cursis (todo lo cursi que
puede ser Tom Waits), como “San Diego Serenade”. En este grupo se incluyen
piezas más que remarcables, como “Drunk on the moon” o “Please call me, baby”,
así como las historias más o menos descarnadas de “Semi suite” o “The ghosts of
Saturday night (After hours at Napoleone’s Pizza House)”. También en tono de
balada, aunque algo más cerca del folk, Waits ofrece “Shiver me timbers” y
“(Looking for) The heart of saturday night”.
A pesar de este carácter meditabundo de cuentacuentos con cierto poso,
Waits también prueba otros ritmos algo menos reflexivos. El jazz sigue siendo
el principal referente en temas como “New coat of paint” y “Diamonds in my
windshield”, mientras que el blues está presente en “Depor, depot” y, sobre
todo, en “Fumblin’ with the blues”.
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