jueves, 20 de diciembre de 2012

Un tipo peculiar

The heart of Saturday night
Tom Waits
Jazz, blues, folk, 1974
En el mundo de la música, uno se encuentra con muchos personajes peculiares. Uno de ellos es Tom Waits, pianista, guitarrista, cantante de voz profunda y uno de los cantautores más personales y extravagantes. Nacido en la soleada California, los ambientes que recrean sus canciones y, sobre todo, sus cavernosas palabras recuerdan a lugares menos plácidos. Quizás aquellos años de infancia y adolescencia en una hogar con padres separados y trabajando en una pizzería local para contribuir con la economía familiar, así como las largas noches al piano en diversos clubes de reputación diversa, no son el escenario más adecuado para desarrollar canciones felices.

En lo musical, Waits no era muy aficionado a la escena musical de los años 60 en los que se crió, salvo una cierta atracción por la lírica de Bob Dylan, por lo que se refugió en viejos discos de jazz, blues de raíces y personales voces de ‘crooners’, así como en la literatura de Jack Kerouac y Charles Bukowski. Todo ello, sumado a su trabajo de pianista nocturno y a una voz profunda que venía de serie, le ayudaron a crear un estilo musical en el que se mezcla la narración, tanto cantada y recitada, de historias de perdedores y marginados sobre una sutil base influida por el jazz, el blues y el folk, todo ello antes de que, a partir de 1983, decidiera dar una vuelta de tuerca a su música y a las entendederas de sus seguidores con experimentos formales y estilísticos.

“The heart of Saturday night” es el segundo disco de Tom Waits, en el que muestra claramente cuáles serán las grandes bazas que jugará en sus primeros años de carrera, con delicadas baladas ciertamente nostálgicas, reflexiones acerca de hechos de lo más mundano e historias sobre la vida subterránea, la de aquellos cuyas andanzas no parecen interesar a nadie.

El álbum abunda sobre todo en baladas de tono jazz, en las que el cantante puede desgranar con espacio y elegancia sus siempre afiladas letras, algunas de temáticas más emocionales e, incluso, cursis (todo lo cursi que puede ser Tom Waits), como “San Diego Serenade”. En este grupo se incluyen piezas más que remarcables, como “Drunk on the moon” o “Please call me, baby”, así como las historias más o menos descarnadas de “Semi suite” o “The ghosts of Saturday night (After hours at Napoleone’s Pizza House)”. También en tono de balada, aunque algo más cerca del folk, Waits ofrece “Shiver me timbers” y “(Looking for) The heart of saturday night”.

A pesar de este carácter meditabundo de cuentacuentos con cierto poso, Waits también prueba otros ritmos algo menos reflexivos. El jazz sigue siendo el principal referente en temas como “New coat of paint” y “Diamonds in my windshield”, mientras que el blues está presente en “Depor, depot” y, sobre todo, en “Fumblin’ with the blues”.

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