The dock of
the bay
Otis
Redding
Soul, 1968.
La muerte de Otis Redding, apenas tres años después de la de Sam
Cooke, supuso un gran golpe para el mundo del soul. No se iba únicamente uno de
los principales exponentes de este estilo musical en lo que a éxito comercial
se refiere, sino que también se dejaba inacabado un trabajo que el cantante de
Georgia había iniciado en la adolescencia. Y es que su vida había estado
dedicada a la difusión de la música negra por todo Estados Unidos, intentando
romper las barreras raciales y geográficas que tradicionalmente constreñían su
desarrollo.
Primero como integrante de bandas profesionales y, más
tarde, componiendo y grabando sus propios temas y otros éxitos, Otis Redding
intentó llevar el soul a todos los rincones, actuando en las principales
ciudades estadounidenses, incluso en los estados del norte, menos dados al
conocimiento de los sonidos propios de la población negra, y llevando su música
también al público blanco. Además, con el fin de lograr nuevos oyentes, también
actuó en el festival de pop de Monterey en 1967, llamando a la puerta también
de aficionados más dados al rock y a los sonidos hippies y psicodélicos. Sin
embargo, un viaje en avión en medio de una apretada gira de conciertos terminó
en un desastre que puso el punto y final a la prometedora carrera de este
cantante con apenas 26 años.
“The dock of the bay” es el primero de los cuatro discos
póstumos con temas inéditos de Otis Redding. En él, se da una buena muestra de
los diferentes registros que el vocalista y compositor gustaba de abordar en
sus álbumes, todo ello con grabaciones realizadas entre 1965 y 1967, algunas de
ellas lanzadas en singles y otras totalmente nuevas para los oyentes. Además,
incluye la última composición grabada por Redding antes de su fallecimiento,
“(Sittin’ on) The dock of the bay”, canción que se convirtió en su mayor éxito
de ventas, número uno de casi todas las listas de ventas y su tema más
reconocible y recordado.
Uno de los principales fuertes de Redding fue su emotivo
modo de cantar las baladas soul, con un estilo lloroso y aullador, que en este
disco se puede escuchar en “I love you more than words can say” y “Open the
door”, además de en “The glory of love”, un tema de inspiración gospel que, con
la paulatina adición de instrumentos, se va convirtiendo en una cadenciosa
celebración del amor al que canta. Además, el vocalista también aborda dos
versiones de temas clásicos para demostrar su versatilidad y gusto musical,
aunque siempre llevadas magistralmente hacia su terreno para dar lo mejor de él
y de su banda, “Nobody knows you (when you’re down and out)” y “Ole man
trouble”.
Pero no todo son hermosas canciones lentas en la voz de
uno de los mejores cantantes del soul sureño. Ejercicios de música más bailable
son “Let me come on home” o “Don’t you mess with Cupid”, en las que Redding
despliega su estilo más seductor, mientras que, en “I’m coming home to see
about you”, bebe de las fuentes del rhythm’n blues y el rock’n roll para enriquecer
la sonoridad de su obra. También con el propósito de la diversión, el álbum
incluye dos canciones, “Tramp”, en el que hace un dueto con Carla Thomas, y
“The Huckle-Buck”, que responden a un patrón habitual en la discografía de
Redding, temas con potentes riffs de la sección de viento y un ritmo
constante por parte de la banda mientras él canta, recita, modula, grita, rapea
y juega con cada verso.
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