miércoles, 13 de noviembre de 2013

Rompiendo los moldes

Get ready
Rare Earth
Blues-rock, soul, funk-rock, rock psicodélico, 1969
Hay un dicho que afirma que, para hacer una tortilla, hay que romper primero los huevos. Extrapolando esta aseveración al terreno musical, el refrán vendría a significar que el desarrollo de nuevas fronteras musicales y mezclas estilísticas conlleva necesariamente la rotura de los prejuicios y límites existentes hasta el momento, normalmente impuestas por el mercado y la industria. De este modo, los momentos de mayor ebullición musical, de mayor mezcolanza y, por tanto, progreso a nivel creativo, han supuesto revoluciones en mayor o menor medida.

Rare Earth no fue el primer grupo de chicos blancos que se atrevieron a sacar a relucir sus influencias de estilos tradicionalmente negros, no tanto el blues tan vivamente actualizado a lo largo de la corriente década como del funky y el soul, hijos del gospel, el jazz y el rhythm’n blues, que ya llevaban unos años contaminando de ritmo los oídos de músicos y melómanos de todas las razas. Tampoco fue la primera banda en fichar por Motown, una compañía especializada en soul y que, en aquellos turbulentos años, trataba de abrirse a nuevos públicos no tanto en lo estilístico como en lo referente a nuevas bandas. Sin embargo, Rare Earth sí fue pionero en una cosa: en convertirse en un éxito de ventas en dicha discográfica a pesar de no contar con un solo músico de color en su formación.

Después de un prometedor disco de debut, Motown decidió dar una oportunidad a este quinteto en el que el blues-rock tan en boga en aquellos años se mezclaba de forma prácticamente natural con funky y el soul, estilos en los que la discográfica de Detroit estaba especializada gracias a un control total del proceso de producción de las canciones. Rare Earth respondió favorablemente a la confianza con un puñado de composiciones exitosas y versiones de algunos hits del catálogo de Motown, lo que llevó a que la discográfica creara un nuevo sello llamado precisamente como el grupo para abrirse a un mercado más rockero.

“Get ready” deja bien claras las buenas maneras de la banda en las sonoridades soul y funky, siempre aderezados con toques de rock y jazz de la mano de los ambientes creados por el teclado de Kenny James, los experimentos guitarreros de Rod Richards y el virtuosismo protagonista del saxofón de Gill Bridges. El tema que da título al álbum, versión extendida del clásico de The Temptations, deja espacio para que todos los músicos den rienda suelta a sus capacidades musicales, entroncando en lo estilístico con canciones como “In bed” y “Feelin’ alright”, que ahondan en el funk-rock que hará conocida a la banda.

Sin embargo, además de las mezcolanzas de raíz negroide, Rare Earth también se deja seducir por sonidos más propios de la escena rockera del momento. Así, “Magic key” tiene que ver con el pop psicodélico propio de la época, un estilo que también se encuentra presente en “Train to nowhere”, aunque con un toque más soul, mientras que “Tobacco road” deja vislumbrar las influencias blues de los primeros años de la banda.

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