Naturally
J. J. Cale
Folk-rock,
1972
Tulsa es una ciudad como otra cualquiera en EEUU. Tamaño
mediano, rascacielos en el centro, barrios residenciales… Aunque hay algo que
sí diferencia a esta ciudad de otras muchas en la vasta geografía
norteamericana. Su ubicación la sitúa en la encrucijada de innumerables
corrientes culturales, históricas y, cómo no, musicales. De este modo, a raíz
de crecer en medio de tantas influencias casi naturales, la riqueza de sus
compositores e intérpretes ha hecho bautizar a ese estilo que se mueve entre el
country, el blues y el rockabilly, con algunos tintes de rock’n roll, folk e,
incluso en algunas ocasiones, soul y funk, como Tulsa Sound.
J. J. Cale es uno de los principales baluartes de esta
etiqueta de denominación de origen que tan bien define aquello a lo que se
refiere. Sin embargo, y a pesar de su dilatada carrera hasta su fallecimiento
el pasado mes de julio, no se trata de uno de esos jóvenes talentos que
consiguieron deslumbrar a crítica y público en sus primeras tentativas, sino
que su oportunidad le llegó con una cierta edad; quizás de ahí nace la madurez
de sus canciones. En la veintena, Cale se mudó a California e intentó buscarse
la vida como músico mientras trabajaba de ingeniero de sonido en un estudio.
Sin embargo, después de varios singles como Johnny Cale sin repercusión
comercial ni de popularidad, decidió volver a casa y dejar lo de la música como
un hobby.
Para que surgiera este “Naturally” tuvo que darse una
casualidad. Eric Clapton, a quien había conocido en sus años en California, le
pidió permiso para grabar una de sus canciones, “After midnight”, tema
totalmente inédito y que, tras la decisión de Cale de apartarse de la escena
profesional, descansaba escondido en las maquetas de alguno de los estudios en
los que trabajó. La versión del guitarrista británico fue un éxito, por lo que
varios amigos y colegas le animaron para que aprovechara el rebufo y sacara un
disco con las mejores canciones escritas en aquellos años de ‘descanso’. A los
33 años, el songwriter de Tulsa era
un primerizo en lo que al mercado se refería, aunque ya llevaba bastantes
composiciones y conciertos a sus espaldas, y decidió cambiar su nombre del John
Walden original al misterioso J. J., pseudónimo que venía utilizando desde que
el propietario de un local no quiso anunciarle como John Cale para que no se
confundiera con el multiinstrumentista de The Velvet Underground, por entonces
en el rutilante estrellato.
Este disco de debut es una perfecta guía de lo que es el Tulsa
Sound y de lo que será la dilatada, aunque no excesivamente prolífica, carrera
de Cale. Canciones escritas y tocadas sin prisa, que muestran un conocimiento
profundo de los estilos tradicionales, usando sus características y tópicos de
forma innovadora pero con un respeto reverencial, y todo ello envuelto en una
forma más que peculiar de cantar y de tocar la guitarra. “Crazy mama”, “After midnight” y “Call me the breeze” son posiblemente las dos canciones más
representativas, en las que se denota claramente esa mezcla de rock, blues,
folk y country.
El gusto por el folk y, sobre todo, el country está
sobradamente demostrado en temas como “Clyde”, de clara influencia campestre,
así como en la delicada balada “Magnolia” y en “Cryin’ eyes”, que cierra el disco.
Por su parte, Cale reserva las melodías blues para baladas de tratamiento
folk-rock como “Call the doctor” o “Don’t go to strangers”, mientras que la
esencia negra de su forma de hacer canciones se escucha en temas más puramente
blues como “Woman I love”, “Bringing it back” o la balada “River runs deep”.
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