America
America
Folk-rock, 1971 (reeditado y ampliado en 1972)
La revitalización y actualización del folk y, en menor
medida, el country a lo largo de la década de los 60 y su fusión con ritmos más
rockeros lindando con los 70 fueron procesos que se han dado como resultado fórmulas
que se han convertido, con el paso de los años, en capitales para el desarrollo
de la música popular. El nacimiento del soft-rock, la ampliación de los
registros y las sonoridades de los habituales cantautores, la inclusión de
mensajes más elaborados y profundos en las canciones o la existencia de una válvula
de escape distinta para los desvarías psicodélicos de la vanguardia hippie y beatnik son solamente algunas de las aplicaciones del resurgimiento
y la modernización de las fórmulas musicales tradicionales.
America fue una de las bandas que se benefició del nuevo
escenario del folk. El trío se conoció y dio sus primeros pasos en Inglaterra, al
ser hijos de militares de servicio en Europa, aunque desde el principio quisieron
dejar clara su procedencia y eligieron el nombre para reivindicarse como
genuinos herederos de la tradición folk y no como una banda inglesa intentando
apuntarse a la moda del nuevo viejo sonido estadounidense. A pesar de ello, las influencias de Bunnell, Beckley y Peek estaban bastante claramente afincadas en el último lustro del folk-rock,
sobre todo en bandas de cierta inspiración hippie y cuidadas armonías vocales,
tales como The Byrds o, sobre todo, Crosby, Stills & Nash (&Young).
Su disco de debut deja claro cuál será el camino a recorrer
por la banda a lo largo de su andadura: canciones para escuchar con una clara
influencia del folk más actualizado, aquel que se había hermanado con el rock, y
algunos devaneos de corte más lírico o psicodélico, una clara vocación acústica
y de gran variedad vocal y frecuentes ramalazos pop, cada vez más habituales
según se iba prolongando su carrera. Una forma de hacer canciones que se
refleja perfectamente en “A horse with no name”, primer éxito de la banda que
obligo que, tras su lanzamiento en 1972, este primer álbum fuera reeditado
incluyendo la nueva canción.
De este modo, el trío incluye en su debut algunas canciones
en las que exploran las capacidades expresivas y dramáticas de sus voces y sus
instrumentos, incluyendo canciones de corte expresivo en las que buscan
transmitir distintas sensaciones y crear ambientes en sus diversas partes, como
“Sandman”, “Donkey jaw” y “Here”. Este tipo de composiciones completan el
trabajo de otros temas que también se adentran en el terreno de las sonoridades
hippies, aunque no con tanta
profundidad, como las baladas “Children”, con un toque country; “Rainy day”, “Never found the time” o “Clarice”.
Sin embargo, el grupo se deja seducir por melodías y
tratamientos de más fácil escucha, con ciertas concesiones al pop y otros
estilos más acotados, siempre con el folk-rock como base principal, en temas
como “Riverside”, “I need you”, “Pigeon song” y “Three roses”.
Con este disco aprendí que lo acústico no es sinónimo de estatismo y aburrimiento, que sin electricidad también se podía conmover el corazón y hacer mover los pies.
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