Almost blue
Elvis
Costello
Country-rock,
pop-rock, 1981
Intentar poner una etiqueta fiable a la prolongada carrera
de Elvis Costello es una misión casi imposible. Si muchos artistas y bandas
tienden a diversificarse con el paso del tiempo, normalmente dentro de un mismo
estilo, el caso del compositor británico cumple con este guión, abarcando
además diferentes influencias y sonoridades que, a lo largo de los años, se han
ido incorporando a su repertorio de soluciones musicales y haciendo, por tanto, más variadas sus canciones en cuanto a matices, arreglos, temáticas y recursos.
De este modo, a lo largo de los años, el energético pop-rock
de Costello se ha ido tiñendo de soul, blues y country según han ido pasando
los discos, a la vez que sus baladas ganaban en lirismo. Además, ha tenido
tiempo de adentrarse en los secretos de la composición de los diferentes
estilos, dedicando álbumes enteros a determinados géneros, principalmente la
música negra y el country, además de atreverse a una aventura mucho más
arriesgada para un cantante pop: la composición de una ópera y otras piezas de
música clásica.
Este “Almost blue”, no muy recibido por la crítica en su año
aunque reconocido como una de las grandes obras de Costello décadas después,
fue publicado tras los tres discos iniciáticos de la new wave a finales de los setenta, un intento de adentrarse en el
mundo del soul y el reggae y un regreso al pop-rock vitaminado propio de sus
primeros días. En el álbum, el objetivo es homenajear a los cantantes y
compositores del country más añejo, además de algunos de los aventurados
intrépidos que se encargaron de definir el country-rock, dos sonidos que, a
pesar de la distancia geográfica y cultural con un joven londinense, habían
configurado parte de las influencias del cantante para su desenfadado pop-rock.
Sin embargo, y a pesar de intentar respetar de forma ortodoxa sus preceptos, la
personal voz de Costello y los músicos de The Attractions hacen que algunas de
estas viejas versiones aterricen en un terreno más cercano a los sonidos
propios de pop vitalista de sus discos anteriores.
De este modo, el clásico de Hank Williams “Why don’t you
love me (like you used to do)?”, que abre el discio, se convierte en un
desenfrenado rock’n roll con toques de power-pop, al igual que ocurrirá más
adelante con “Honey hush” y su nueva sonoridad pop-rock. Costello también consigue
llevar a su terreno algunas baladas, como “Good year for the roses” y “Too far
gone”, que intentan respetar la instrumentación campestre pero acaban reinterpretadas
por la personal forma de cantar del ‘otro’ Elvis.
Sin embargo, Costello sí consigue su propósito de homenajear a sus
viejos héroes en un buen puñado de canciones, como las baladas “Sweet dreams”,
“Brown to blue” y “Colour of the blues”, un “How much I lied” de aires
folk-rock, un “Sittin’ and thinkin’” de cadencia más bluesera y dos experimentos
con el ritmo honky tonk como son “Success” y “Tonight the bottle let me down”.
Sin embargo, el testimonio más emotivo y valioso de la pasión del músico inglés
por el country se produce en “I’m your toy”, interpretación cargada de
sentimiento del clásico “Hot burrito #1” de The Flying Burrito Brothers de Gram
Parsons.
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