lunes, 30 de diciembre de 2013

La chispa adecuada

White light
Gene Clark
Folk-rock, country-rock, 1971
En ocasiones, el negocio musical deja paso a talentos que, si bien no son del todo rentables para la industria, sí consiguen dotar a su música de un carácter especial, ya sea por su calidad o por su calidez, por separarse de determinados caminos trazados o por emplear los viejos clichés estilísticos como forma de expresión de una voz personal. Los músicos suelen darse cuenta pronto de esos talentos, si bien en ocasiones el público tiene dificultades en darse cuenta del brillo de esos diamantes en bruto.

Gene Clark vivió a la sombra de Roger McGuinn en the Byrds, a pesar de ser miembro fundador de la banda y uno de los más intensos activos del grupo, tanto sobre el escenario como en el terreno compositivo. Su pronta marcha de la exitosa banda en su época pop-rock, debido al mayor protagonismo de McGuinn y a su miedo a los aviones, y sus distintas reincorporaciones temporarales, estuvieron rodeadas por una carrera en solitario irregular en los estilístico, con incursiones en el pop barroco, el rock psicodélico, el country y el folk, siempre aportando ese toque personal de cierta genialidad.

“White Light”, conocido en la época únicamente como “Gene Clark”, es el primer disco después de su segundo paso por The Byrds y tras dos álbumes en un dúo con Doug Dillard, quien le abrió las puertas del folk y el country, el principal camino a seguir a lo largo de los siguientes años. Y es que estos estilos, siempre mezclados con melodías pop y rock, eran ideales para las letras de cuidada lírica de Clark, reflexiones sobre todo tipo de temas y narraciones de corte poético rodeadas de buenos arreglos y una estética armoniosa gracias a músicos como Ben Sidran o Chris Etheridge, más que experimentados en el blues, el country, el folk y sus puntos de unión con el rock.

El disco está dominado por baladas de corte country-rock y folk-rock en las que las letras dominan a pesar de la cuidada factura a las canciones, plenas de instrumentación propia de estos estilos. Así, “The virgin", que abre el disco, aborda el tema de la identidad y del espacio vital, mientras que el amor, tanto en su opción más optimista como en sus momentos más amargos, es la guía de “With tomorrow”, “Because of you” y “Where my love lies asleep”. El repertorio de baladas se completa con sendas reflexiones acerca de la creación y de la inspiración, “For a Spanish guitar”, y sobre la evolución de la conciencia social y del movimiento hippie, “1975”.

A pesar de esta predominancia de las baladas, el disco contiene algunas canciones de corte más marchoso y vitalista, como la versión de “Tears of rage” de The Band, una valiosa composición de Bob Dylan y Richard Manuel, el optimista canto a la vida de “One in a hundred” o la narración preciosista de “White Light”.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Los caminos de la imaginación

The birthday party
The Idle Race
Pop psicodélico, 1968
Los años finales de la década de los 60 fueron de tal actividad musical e innovación creadora que hubo muchos grupos que no pudieron gozar del éxito comercial que sus compañeros de escenario y generación sí tuvieron. De este modo, la historia ha querido que muchas de esas ideas, de esas composiciones imaginativas y propuestas originales, quedaran relegadas a un segundo plano y, aunque la industria se ha encargado de seguir manteniendo estos discos en sus archivos, su éxito comercial o artístico relativo ha hecho que pasen inadvertidos frente a algunas de las grandes obras de nuestros tiempos.

The Idle Race fue uno de esos grupos tocados por la mala suerte y por la sobresaturación de grupos, cada uno de ellos con sus influencias y sus experimentos sonoros, de modo que se vieron lastrados, a pesar de su buena recepción entre los músicos de la época y la crítica especializada, por una mayor atención mediática y publicitaria de otros grupos contemporáneos, todo ello sin contar con los grandes tótems del pop-rock británico que dominaban el panorama mundial. Hermanados con otras bandas de la Inglaterra de finales de los 60 como The Move, the Nightriders o, más tarde, Electric Light Orchestra por el frecuente deambular de músicos y canciones de uno a otro, la banda se formó en Birmingham y, en plena búsqueda de un sonido personal, encontraron algo más valioso, un joven y desconocido guitarrista prodigio, Jeff Lynne, que pronto se convertiría en el capitán de la nave y responsable principal del sonido, tanto a nivel compositivo como en el estudio.

“The birthday party” es el primer ejercicio de creación de Lynne con sus nuevos compañeros, un conjunto de canciones muy influido por los aires de experimentación de la época y por el pop imperante entre los grupos británicos de la década. De este modo, el grupo fue desarrollando un estilo de sonoridad pop e inspiración psicodélica caracterizado por melodías optimistas con armonías vocales complejas y resplandecientes para sostener letras imaginativas y evocadoras, todo ello rodeado de multitud de efectos sonoros, tanto en el tratamiento de los instrumentos como en forma de complemento o divertimento, y con una teatralidad que, en ocasiones, roza lo circense.

“Skeleton and the roundabout”, el tema que abre el álbum, da buen ejemplo de cómo son las composiciones de Lynne en esta época, con un marcada influencia del pop psicodélico y ese particular tratamiento colorista y vitalista de las canciones, sea cual sea su temática. En esta misma línea, este álbum de debut también incluye canciones como “I like my toys”, “Sitting in a tree”, “Lucky man”, “Pie in the sky” y “End of the road”.

Sin embargo, la inventiva de The Idle Race también tiene otras influencias e inquietudes, que se reflejan en otras de sus composiciones. Así, “The birthday” sigue la línea del pop psicodélico, aunque de una forma más reflexiva e inquietante, mientras que temas como “Morning sunshine”, “Follow me, follow” y “On with the snow” muestran un carácter más hippie y un cierto gusto por el folk. Además, Lynne y los suyos también se visten de cantautores con una canción crónica de tratamiento peculiar, “(Don’t put your boys in the army) Mrs. Ward”, y una pieza de inspiración clásica, “The lady who said shecould fly”

jueves, 12 de diciembre de 2013

Destellos brillantes

Tower of Power
Tower of Power
Funk, soul, 1973
El funk es uno de los estilos más agradecidos para los músicos, ya que sus ritmos quebrados y sincopados, sus alargados compases y sus estructuras abiertas permiten a los instrumentistas melodías, improvisaciones y requiebros más libres que en otros estilos más tradicionales, mientras que también ofrece una rápida conexión con el público gracias a sus cadencias bailables y festivas. De este modo, muchos músicos virtuosos o criados en sonidos más libres como el jazz eligen este estilo para expresarse y explorar los límites estilísticos e interpretativos de sus enseñanzas.

Una de las bandas que busca esta mezcla de diversión y excelencia es Tower of Power. El grupo está dirigido por Emilio Castillo y Stephen “Doc” Kupka, un dúo de saxofonistas que, con el paso de los años y con la única compañía más o menos definitiva del batería David Garibaldi y del bajista Rocco Prestia, se han ido rodeando de decenas de los mejores músicos de la zona de Oakland y del estado de California para dar rienda suelta a un estilo que se caracteriza por el virtuosismo de casi todos los músicos de la banda, lo que permite una gran variedad de recursos para crear canciones con ritmos, acompañamientos, arreglos y pasajes instrumentales diferentes e innovadores, una especie de equipo profesional de malabaristas que dotaban a sus creaciones de espectaculares destellos brillantes.

Este disco homónimo es el tercer lanzamiento de la banda y marca el inicio del periodo más exitoso de la banda, después de un periodo de gran actividad en el entorno de Oakland y la tímida acogida a nivel nacional de su segundo disco. En esta ocasión, y liderados en el escenario por la presencia del carismático cantante Lenny Williams, el virtuosismo en los instrumentos, también presente, deja cierta cabida a sonidos algo menos innovadores pero igualmente de calidad, con un gran peso de la influencia del soul, un estilo ideal para las características del nuevo vocalista.

La canción que abre el álbum, “What is hip?”, es el arquetipo de la composiciones de Castillo y Kupka a lo largo de la andadura de la banda. Se trata de un tema construido sobre una base rítmica bailable y un tanto inesperada, con multitud de arreglos instrumentales y, sobre todo, una potente sección de vientos que acompaña y subraya las partes esenciales de la canción. En esta misma línea, este tercer disco homónimo contiene otros temas de corte funky como “Get yo’ feet back on the ground” o “Soul vaccination”, completados por un “Clean slate” más callejero y blues, que emparenta con las influencias soul que protagonizan gran parte del álbum.

Así, baladas como “So very hard to go”, “Will you ever find a love”, “Clever girl” o “Just another day” muestran estas nuevas fuentes, que se mezclan con la capacidad innata de la banda para idear espectaculares giros y arreglos, una mezcla que se ve incluso más afianzada en canciones algo más marchosas como “This time is real” o “Both sorry about nothing”.